viernes, 5 de junio de 2015

USOS Y COSTUMBRES EN CAMBOYA

Los visitantes de Camboya pronto se darán cuenta de que aquí la sociedad es bastante más tradicional que en sus países de origen. Aunque todo el mundo es consciente que los extranjeros no estamos familiarizados con sus usos y costumbres y, por lo tanto, una incorrección por nuestra parte suele arrancar una sonrisa y poco más, los camboyanos apreciarán muchísimo nuestro esfuerzo para mantenernos dentro de los límites de lo que se considera correcto. Aunque no pretendemos hacer un "manual de urbanidad camboyano" creemos que vale la pena dar algunas indicaciones, en especial, en las situaciones más frecuentes en las que se puede encontrar el turista.

La visita a los Templos Budistas y al Palacio Real de Phnom Penh.
Hay que ir correctamente vestidos con los brazos y piernas cubiertos, debemos mantener la cabeza descubierta y los zapatos los dejaremos a la entrada. Si queremos sentarnos ante la imagen de Buda o un monje lo haremos siempre colocando los pies hacia atrás. Si un monje nos habla, especialmente si es de edad avanzada, deberemos inclinar ligeramente la cabeza. Nunca hay que apuntar con los pies ni con las manos a una imagen de Buda o a un monje. Las mujeres pueden recibir o dar cosas directamente a o de un monje pero han de evitar tocarlo. Deben dejar caer el objeto en sus manos.

La cabeza.
Se considera la parte más sagrada del cuerpo. Debemos evitar tocarla en personas adultas y sobre todo personas mayores y/o ancianas.
Al igual que ocurre con los monjes y las imágenes sagradas hay que evitar apuntar la cabeza de la gente mayor y/o anciana con la planta de los pies.
 Nunca, nunca (incluyendo a los niños) se debe pasar el pie o saltar por encima de la cabeza cuando estén sentados y/o acostados. Igualmente está mal visto apoyar nuestra cabeza a modo de almohada sobre zapatos, pantalones doblados o cualquier otra prenda que habitualmente se lleve de cintura para abajo.
Al igual que ocurre con los monjes y las imágenes sagradas hay que evitar apuntar a la cabeza de la gente mayor y/o anciana con la planta de los pies.
 Nunca, nunca (incluyendo a los niños) se debe pasar el pié o saltar por encima de la cabeza cuando estén sentados y/o acostados. Igualmente está mal visto apoyar nuestra cabeza a modo de almohada sobre zapatos, pantalones doblados o cualquier otra prenda que habitualmente se lleve de cintura para abajo.


Difícil  no darles un toquecito en la cabeza...

El Saludo.
El saludo tradicional se hace juntando las manos, palma contra palma, a la altura del pecho e inclinando suavemente la cabeza. Sin embargo, cada vez es más frecuente que un hombre tienda la mano a un extranjero. No así las mujeres que se mantienen más fieles al saludo tradicional.
El gesto del saludo varía en función de la persona a la que saludemos:
 1. Si la persona es un igual (edad o estatus social), juntaremos nuestra mano por debajo de la barbilla.
  2. Si la persona es mayor o con una posición social más alta debemos juntar las manos tocando con nuestros dedos la punta de la nariz y bajando ligeramente la cabeza. Este saludo es aplicable a monjes también.
3. Si se trata de un monje venerado o alguien célebre o importante lo haremos tocando la frente con nuestros dedos y bajando la cabeza aún más (flexionando nuestras rodillas a fin de quedar a un nivel inferior).
 4. Si se trata de la realeza debemos ponernos de cuclillas o arrodillados a fin de quedar en un nivel inferior y saludar tocando con nuestros pulgares la coronilla.
5. Pero ¿qué ocurre si quien nos saluda es alguien más joven o un niño o alguien de un estatus social más bajo?. En este caso debemos esperar ser saludados antes de hacer el gesto a la altura del pecho, de hecho, si la diferencia entre el que saluda y el saludado es muy grande, el saludado suele obviar el juntar las manos, sonriendo ligeramente en su lugar.
Suele ser muy frecuente el que turistas mayores, a fin de ganarse el favor de los niños y locales, saluden efusivamente y prestos a juntar las manos, lo que es bastante ridículo. No obstante los locales suelen entenderlo y reírlo como tantas otras excentricidades que el “extranjero” suele hacer.



El beso en la mejilla como saludo o despedida es algo totalmente desconocido. Hemos de evitarlo so pena de provocar a los camboyanos una situación francamente embarazosa.


No hay un orden en el los platos. Van apareciendo en la mesa a medida que están preparados.

Visita a una casa particular.
Si nos invitan a una casa particular deberemos llevar un pequeño regalo que siempre ofreceremos agarrándolo con las dos manos o con la mano derecha sosteniendo el codo derecho sobre la mano izquierda. Si los habitantes de la casa dejan los zapatos a la entrada nosotros lo haremos también. Si se nos invita a comer estaremos siempre pendientes de los demás para acercarles los platos que quedan más alejados. 

La inevitable sopa, de lo que sea, presente durante toda la comida

Contacto físico en público.
Hay que evitarlo completamente en cualquier circunstancia. Nunca iremos por la calle abrazados a una persona de sexo opuesto, aunque sea nuestra propia mujer o marido, pero podemos ir  con otra persona del mismo sexo poniéndole nuestro brazo sobre sus hombros.
Tampoco es costumbre (hombre-mujer) ir cogidos de la mano si bien entre los jóvenes ya se aprecia una cierta permisividad al respecto. Dos jóvenes de sexo opuesto que van cogidos de la mano indican inequívocamente que están enamorados. Podemos ir de la mano de una persona de nuestro mismo sexo sin problemas y sin que esto se preste a ninguna interpretación más allá de la de simple amistad. Nunca y bajo ninguna circunstancia hay que besarse en la boca en público ni mostrar con el contacto un cariño ni que sea mínimo.

El sempiterno arroz


El vestido.
Camboya es un país tropical que invita a que vayamos con poca ropa y lo más cómoda posible. Sin embargo los pantalones cortos y las camisetas de tirantes no son aquí tan aceptados como en Tailandia. Para visitar templos budistas modernos es aconsejable llevar siempre las piernas y los hombros cubiertos y zapatos que se puedan quitar con facilidad. No olvidemos que los camboyanos se visten siempre púdicamente, normalmente con un saron aunque en las grandes ciudades vestir a la manera occidental es una costumbre que se va imponiendo. En las playas la desnudez es impensable aunque el bikini es una pieza que no presenta demasiados problemas para las extranjeras.

Llamar a otra persona.
Siempre que utilicéis la mano para llamar a otra persona, poned vuestra palma mirando al suelo. La mano con la palma hacia arriba podría considerarse una invitación sexual. No señalar nunca a una persona con el dedo índice. Si hemos de señalar a alguien lo haremos extendiendo toda la mano (como si la señaláramos con todos los dedos a la vez).

Homosexualidad.
Sin embargo, al igual que pasa en Tailandia el travestismo (lo que lleva implícito la homosexualidad) se suele aceptar con naturalidad, lo que no significa que dicha aceptación esté exenta de discriminación. Es frecuente que los travestis acaben en la prostitución o en oficios tales como peluquería y estética en general.

Enfado.
No olvidemos que montar en cólera o mostrar enfado ante cualquier situación es un signo de mala educación que sólo consigue afear a la persona que lo manifiesta. Hay que guardar la calma en todo momento y situación y no olvidar que una sonrisa puede darnos infinitos mejores resultados que un grito o una mala cara.




La sonrisa en los labios.
Siempre con la sonrisa en los labios, en cualquier situación, al saludar, al cruzarnos con alguien, al preguntar un precio, al reservar un servicio, al tomar un tuc tuc, si nos enfadamos con alguien, si vamos a reclamar, si nos para la policía o incluso si la señorita del mostrador nos dice que nuestro billete de vuelta a casa ha sido anulado… La sonrisa en nuestros labios ha de estar SIEMPRE presente al igual como lo estará en la de nuestro interlocutor.

Un sistema de transporte más cómodo que la moto taxi.


En los templos de Angkor.
En todos los templos excepto en Angkor Wat y Baphuon no se aplican las reglas para la visita a los templos budistas. No hay que descalzarse y puede vestirse de una manera más cómoda aunque siempre dentro de la corrección. No hay problemas con pantalones cortos.

Para visitar Angkor Wat y Baphuon.
Hay que llevar los hombros cubiertos y falda o pantalones que cubran un poco por debajo de las rodillas.

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